Ayer, otro joven palestino, estudiante de 17 años fue asesinado a sangre fría. Israel justificó el crimen señalando que posiblemente habría tenido la intención de atacar con cuchillo a los pobres e inocentes soldados, atrincherados detrás de grandes bloques de cemento, donde nadie puede ingresar.
Estando a una distancia de decenas de metros, le dispararon por simple sospecha. Nunca fue peligro alguno para los militares.
En el momento en que los militares de la ocupación informaron por teléfono al padre del estudiante asesinado sobre la muerte de su pequeño hijo Atallah de 17 años, la soldado israelí, la británica Lian Harush se contactó con su familia que reside en Londres, para informarles que ella estaba en la escena y nada le pasó.
Así van las cosas en Palestina bajo ocupación. El extranjero que viene de Londres debe estar bien y siempre listo para dispararle al palestino, que es considerado un objetivo legítimo para los soldados de ocupación solo porque pasa por un puesto militar o incluso cerca de soldados protegidos, atrincherados y armados con lo más sofisticado y mortífero de las armas. Se instalan en los cruces y caminos de la ocupada Cisjordania, para amedrentar y oprimir a la población palestina.
¿Qué hace una soldado británica en el corazón de una ciudad palestina? ¡El mundo entero criticaba a los terroristas de ISIS por reclutar a extranjeros y europeos, pero nadie se atreve a denunciar a Israel por reclutar a extranjeros para su ejército!
“La vida de tu hijo se acabó”, así de simple, una llamada breve, una de las cosas más duras que le puede pasar a los padres. Los niños son asesinados por los soldados que paranoicamente sospechan de todo lo palestino. Los soldados no les interesa si es hombre, mujer o niño. Antes de pensar aprietan el gatillo de sus fusiles y disparan a matar, a pesar de estar escondidos detrás de sus bunkers de hierro y concreto y dentro de torres militares, y a pesar de que el supuesto “sospechoso” está a decenas de metros de ellos.
El muchacho Atallah Rayan, de la ciudad de Qarawat Bani Hassan, al oeste de Salfit, es un estudiante de secundaria, que tomó el examen del ramo tecnología ayer por la mañana, y su familia esperaba que completara su educación universitaria para un futuro mejor, pero Atallah regresó al mediodía en un ataúd.
Atallah es uno de los cientos palestinos ejecutados por la ocupación en las carreteras del país, especialmente entre los años 2015-2020, que son los años que presenciaron una creciente escalada de los crímenes de ocupación y sus colonos en los puestos de control y puestos militares.
El pecado que Atallah cometió fue cruzar rápidamente la calle, ya que el movimiento de vehículos allí era rápido, y el semáforo es en tres direcciones, además de la presencia de cámaras de vigilancia, hay tres puntos militares y una torre de control ocupada por soldados fuertemente armadas. De la mismay en el mismo lugar, el joven Elias Yassin, de la localidad de Bidya, fue ejecutado hace tres años.
Artículo original de Palestinalibre.org publicado el 27 de enero de 2021