Hoy en día el término “hebreo” se utiliza para referirse a idiomas de distinta clasificación genética. Por una parte el hebreo antiguo, una de las tantas lenguas semitas fenicias habladas en la región sur del Levante por un periodo de tiempo hasta ser reemplazada por el arameo alrededor del siglo III antes de nuestra era, y por otro lado el “hebreo” moderno, oficial de Estado de “israel”, una lengua inventada hace poco más de 100 años en Bielorusia por el bieloruso Eliezer Perlman. Muchas personas piensan que el idioma hebreo que actualmente se habla, oficial del Estado de israel, es una continuación natural de uno de los idiomas semitas que se hablaron durante un periodo de tiempo en ciertas áreas de la región, y nada menos que EL idioma en el que fue escrita la biblia, o bueno más bien partes del Antiguo Testamento, la Torah. Esto de alguna forma le daría un hálito divino no solo al idioma que según ellos se habla desde entonces hasta ahora, sino también a sus hablantes, un supuesto pueblo monolítico extraído de antiguos textos. La realidad no podría estar más alejada de todas estas ideas esotéricas, fantasiosas y simplistas. El idioma hablado hoy en día que le llaman hebreo, lengua oficial del Estado de israel, el idioma que hablan hoy en día los colonos que se autonombran israelíes es una lengua artificial creada por el bielorruso Eliezer Perlman, en Bielorusia, el este de Europa en la década de los 1880, en los albores del sionismo, aunque comenzó a ser aprendida y usada hasta ya entradas las primeras décadas de los 1900’s. Eliezer Perlman, luego conocido como Eliezer Ben Yahuda, el creador del idioma hebreo hablado hoy en día era hablante nativo de ruso y de yiddish, una variante del alemán con fuertes influencias eslavas. Sus lenguas nativas desde luego influyeron en su conceptualización y creación de este nuevo idioma de muchas formas. El lingüista israelí Paul Wexler analiza este proceso en su libro titulado “La naturaleza esquizoide del hebreo: una lengua eslava en busca de un pasado semita”. Wexler, al igual que muchos otros lingüistas consideran al idioma hebreo moderno más bien como una lengua eslava, no semita. Explica cómo el proceso de creación de este idioma fue un intento de hablantes eslavos de revivir una lengua no oral “más bien transformaron el Yiddish de una lengua con estructuras léxicas y fonológicas eslavas y léxico germano, a una lengua con casi completo léxico hebreo, manteniendo intactas la mayoría de sus estructuras sintácticas y fonológicas eslavas”. Para Bendavid el hebreo moderno es “nada más que una traducción de idiomas de Europa del Este”. De esta forma también Kacnelson clasifica a este actual hebreo como un dialecto del yiddish identificando innumerables traducciones de patrones discursivos del yiddish; a su vez Wexler también eso concluye “es un dialecto del yiddish, es una farsa que el hebreo moderno sea una lengua semita; el mismo nombre hebreo ha estado siendo aplicado a dos idiomas de distinta clasificación genética”. Es decir, aunque le digan hebreo al idioma actualmente hablado, éste no tiene relación genética con el antiguo hebreo, pues es una nueva creación conceptualizada por hablantes principalmente eslavos utilizando sus estructuras lingüísticas familiares eslavo-germánicas con léxico o palabras hebreas sacadas de la biblia. En este episodio analizamos la historia tanto de la lengua hebrea original e histórica, como la lengua artificial sionista recientemente creada como fin de servir de elemento identitario a los colonos sionistas que llegaban a Palestina.
Episodio 11 – Historia, mitos y realidades sobre el hebreo y el “hebreo” moderno: una lengua eslava en busca de un pasado semita
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