Tal como sucedió en la ultimas agresiones a Gaza, miles de muertos, destrucción total, y altos al fuego… pero nadie aborda el origen del mal, y a nadie le importa que se cumplan con las resoluciones de la legalidad internacional para dar una solución justa y definitiva al conflicto
Bajo falsas acusaciones y de supuestos “disturbios”, Israel reprime cualquier acto que tenga relación con la identidad palestina de Jerusalén. La estrategia israelí es borrar todo vestigio palestino de la ciudad.
Niños que han sido sometidos a arrestos y detenciones arbitrarias en condiciones difíciles, golpeados, pateados, torturados y encarcelados. Cabe recordar que en Israel la Tortura es Legal y permitida cuando se trata de detenidos palestinos.
Las políticas coloniales sionistas, que buscan reprimir y silenciar a los palestinos y asegurar que no resistirán o protestarán contra su brutalidad, siempre han sido, y siguen siendo, fallidas e ineficaces.
Su pecado fue cruzar rápidamente la calle donde estaban apostados los militares. Disparar a matar primero y después inventar un motivo para justificar el asesinato e incluso falsificar e inventar escenas del crimen es la rutina habitual de la ocupación.
A diario, extensas áreas de Palestina ocupada pasan a pertenecer a los colonos que, de facto se apoderan de las propiedades palestinas o bien mediante decretos militares, el ejército israelí confisca las tierras para los futuros asentamientos. ¡El robo es descarado!
Los apologistas de los crímenes de Israel contra el pueblo palestino dicen que Israel tiene “derecho a existir”, en un esfuerzo por legitimar la limpieza étnica de Palestina.
A 103 años de la llamada Declaración de Balfour, reflota con más fuerza aún, el traer para conocimiento general, uno de los grandes mitos del sionismo, que para justificar su presencia colonizadora y ocupante en tierras palestinas, apelar a que cierta divinidad, por considerarlos elegidos, les habría prometido una tierra, en una idea más propia de una concepción del protestantismo evangélico que del judaísmo.
El mito fundacional de la entidad israelí pretende ocultar, que ella nació sobre bases cimentadas en el robo, el saqueo, la ocupación y el crimen de los bienes, tierras y la vida de miles de palestinos.
Tierras agrícolas palestinas de Gaza fueron nuevamente inundadas por grandes caudales de aguas provenientes de las presas israelíes que arrasaron con los cultivos de las zonas afectadas. Las inundaciones alcanzaron alturas de hasta dos metros.
El 15 de mayo de 1948, bandas terroristas que actuaban en nombre del naciente Estado de Israel atacaron ciudades y pueblos palestinos. Se produjeron casi 70 masacres en las que murieron más de 15.000 palestinos y otros 800.000 fueron desplazados. Esta carnicería llevó a la Asamblea General de la ONU a emitir la Resolución 194 el 11 de diciembre de 1948.
“Es un cambio de juego que obligará a todos en la región – y en el mundo – a mirar de forma muy diferente la cuestión de Palestina.” -Ilan Pappe
